Nuestra idea de festival literario

El alto número de festivales literarios en nuestro País, especialmente si lo confrontamos con las estadísticas de lectura, es un tema de reflexión constante en el mundo del libro: hacen que aumente el número de lectores? Son frecuentados sólo por quien ya lee? Drenan recursos que mejor sería destinar a las infraestructuras para las que el fomento de la lectura es la razón de ser (escuelas y bibliotecas) y a las que cada dia se recortan más las ayudas? Preguntas que tenemos que hacernos, y para las cuales no tenemos respuestas.

Pero sí tenemos una propuesta: un festival permanente desparramado por todo el territorio, porque la fiesta del libro, igual que la de la mujer y la de los enamorados, igual que el día de la memoria, es cada día, o no es.

Entula 2017, Alessandro Leogrande a Sarule, foto di Alecani
Entula 2021, Roberta Balestrucci a Lodine, foto di Simone Sechi

Llegar aún a los pueblos pequeños, lejos de las ciudades más grandes y de las playas, allí donde “nunca pasa nada”, donde el único sueño de los jóvenes es huir, porque la vida es en otra parte. Hacer que cada uno de estos pueblos sea protagonista por un día, atracción de un público de lectores que vienen desde los pueblos cercanos o desde las ciudades para escuchar al escritor favorito, pero también de ciudadanos que tal vez no sean lectores pero que participan porque es un evento de la comunidad. Y de allí se acercan a los escritores y a los libros también los misteriosos “non lectores”, los que no van ni al cinema, ni a teatro, no visitan museos y no acuden a conciertos.

Entula 2021, Fabio Stassi a Sarule, foto di Gianmichele Manca, pubblico
Entula 2013, Terry Brooks, foto di Alecani

Pues en Neoneli, de 650 habitantes, decenas de personas se encuentran charlando de matriarcado con un reportero argentino que les cuenta el matriarcado que descubrió en China.

En Mara, de 700 habitantes, el rey del fantasy Terry Brooks come con las manos cochinillo cerca de una iglesia rural desconocida para las guías de viaje y los operadores móviles.

En Fordongianus, la antigua Forum Traiani, la que antiguamente marcaba la frontera entre el imperio romano y la Barbari, la escritora angolana Dulce Maria Cardoso cuenta la vida de los retornados en Portugal.

Entula 2021, Cristina Caboni a Serri, foto di Francesca Boi

Un festival que reúne a decenas de escritores, bibliotecas, librerías, asociaciones y escuelas, le hace competencia o fortalece la actividad diaria de los trabajadores de la cultura del territorio? Nosotros pensamos que todas estas actividades son importantes y más eficaces si es que se hacen juntas: no festivales en vez de bibliotecas, sino festivales con las bibliotecas.

Entula 2013, Terry Brooks a Bauladu, foto di Alecani

Éntula es un momento visible de relaciones invisibles, de colaboración y conjunciones, es la culminación de meses dedicados a encontrar puntos en común y formas de avanzar junto con las instituciones públicas y privadas.

Nos gusta pensar que la acción de la que Éntula toma su nombre, entulare (en sardo), es precisamente este primer paso: separar el trigo de la paja, hacer una elección de valor, cosechar ese trigo que luego se convierte en pan y hacer de la cultura un pan cotidiano que sabe como el pan de la fiesta.

16 autores en 25 pueblos, 56 encuentros en tres meses.

18 autores en 31 pueblos, 67 encuentros en cinco meses.

30 autores en 45 pueblos, 109 encuentros en ocho meses.

37 autores en 33 pueblos, 119 encuentros en ocho meses.

39 autores en 46 pueblos, 135 encuentros en nueve meses.

38 autores en 54 pueblos, 126 encuentros en diez meses.

35 autores en 33 pueblos, 108 encuentros en diez meses.

29 autores en 16 pueblos, 51 encuentros en seis meses.

34 autores en 27 pueblos, 68 encuentros en ocho meses.

27 autores en 17 pueblos, 63 encuentros en nueve meses.

34 autores en 18 pueblos, 64 encuentros en doce meses.